Nací a orillas del mar mediterráneo un 18 de enero, rozando los bohemios acuarios pero aún con los cuernos de los capricornio. El halago que más me ha gustado de los que me han dedicado en mi vida es que soy autentica. No me gusta la gente que vegeta por la vida, que no se arriesga a vivir la vida que quieren. Admiro a los intensos, a los que van a por todas, a los luchadores: a los hombres y mujeres que dejan pedazos de piel por donde caminan. Intento en mi vida que, el dicho, lo que ves es lo que hay, sea verdad conmigo.
He sido curiosa desde niña y siempre me han interesado todas las gentes, historias y cosas que me han rodeado. Siempre he querido escuchar y contar historias, a través de la fotografía, los guiones, la prensa, la literatura. He trabajado desde los 22 años en temas relacionados con la literatura, librera, lectora, editora free-lance, agente literaria, siempre enredada en una tela de araña que inevitablemente me lleva hacia el centro del huracán: las ficciones de la vida.
He subido montañas y he bajado cuevas y cañones allí donde los había y he buceado en casi todos los mares del mundo. El enfrentamiento con nuestros límites, con nuestros miedos, es uno de los últimos y más profundos ritos a los cuales puede acceder una persona.
La literatura también es uno de nuestros últimos ritos. Contando historias los seres humanos podemos disfrutar y deshacer los hondos dolores y alegrías de la vida. Por eso se siguen escribiendo novelas, cuentos y guiones. Por eso leo y escribo yo.
¿A qué le tendrá alergia la primavera?